
Apenas había dormido.
Lo cierto es que llevaba días sin dormir profundo, seguido, de esas noches que a la mañana siguiente se levantaba descansado, enérgico.
Energía si tenía, le sobraba.
Desde que había conectado con aquel equipo que le había llegado por el boca a boca.
“Esa gente, te agarra, te cuida, te exprime casi sin que te des cuenta, te pule todas las aristas y te lleva a las pruebas y …
… te das cuenta que de pronto has pasado todas y TE HAN CAMBIADO LA VIDA”

Así se lo había dicho Anna (siempre había sido la más espabilada de la clase) y ahora volarían juntos.
Bueno, si pasaba el entrenamiento inicial y la conversión, claro.
Se despertaba y miraba la hora, y su Instagram, ahora sería él quien pondría lugares exóticos y actividades excitantes.
Aún le parecía un sueño.
En su pequeño mar de dudas miraba en los stories y veía que sus mentores seguían allí, poniendo cosas, historias, tips, ideas que le habían dado y martilleado una y otra vez, hasta dejárselo claro, metiéndole datos en las conversaciones e informes post sesión.
LE DABA SEGURIDAD, saber que podía preguntar y que aunque ahora ya “volaría sólo”, el equipo seguía allí detrás de él como protegiéndole y cuidando de cualquier problemita que pudiera tener.
Siempre había un “déjame investigarlo”, un “tengo más fe yo en ti que tu en ti mismo”, una palabra de aliento, un respaldo, un “vamos a intentarlo otra vez”, un “ahora si que estamos orgullosos de ti”.

Bueno, ya valía de examen interno, hoy ERA SU PRIMER DIA EN ESA AEROLINEA INTERNACIONAL y tenía esa sensación de alegría y nervios mezclada que se llama VIVIR INTENSAMENTE Y CON UNA SONRISA.
TU, puedes ser el siguiente.
Hasta entonces, encontrad cielos pacíficos.
Enrique. QrewMentor Team

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